sábado, 7 de julio de 2012

Los albergues de Lugo

Triacastela

Albergue Municipal: está justo a la entrada del pueblo, al lado izquierdo del camino y enfrente de un bar-restaurante donde te sirven el mejor caldo gallego que probé en mi vida.
El albergue tiene varias habitaciones semi-privadas (las puertas son tipo salón del medio oeste) con dos literas con un armario para cada cama, tu propia ventana y luces independientes. Al final de cada pasillo hay una especie de estar pequeñito con sillones, bancos y mesitas bajas para comer o pasar un rato agradable charlando. Todo el edificio está rodeado por un hermoso prado ideal para descansar al aire libre o tomar el sol. Hay lavadora y secadora (son grandes y si quieres que te compense, comparte la colada) pero también una pega grande: no tiene cocina, ni máquina de café, ni de refrescos. Ah... y a partir de ahora, se acabaron las mantas. Solo sábanas desechables.
Un detallazo a destacar: en la bajada, me hice daño en mi tobillo jodido y caminaba muy despacio. Mi hijo se adelantó cuando faltaban 2 km y como quedaban pocas plazas, se lo comentó al hospitalero, quien nos guardó las dos últimas camas. Gracias Ramón!!!
Precio: 5 euros
Opinión: entre los pros y los contras, está bastante bien.



Sarria

Albergue de peregrinos: un albergue enorme con diferentes habitaciones (alguna algo mejor) en diferentes plantas con infinidad de camas hacinadas y amontonadas. Las habitaciones son abiertas y la única luz entra por unos ventanales enormes que hay a un costado y desde donde puedes acceder a un patio de luces y colgar allí la ropa que lavas en el lavamanos del baño porque no hay lavadero. Los baños son muy justos y las duchas no tienen mamparas. Tanto en los baños como en las habitaciones, la limpieza deja mucho que desear. No hay cocina, ni máquinas de café o refrescos, aunque hay tres mesas de madera con sus sillas, también hacinadas por la falta de espacio donde puedes sentarte a comer o a charlar.
Menos mal que está en el centro mismo del pueblo, que es grande y puedes comprar de todo.
Precio: 5 euros
Opinión: sucio, poco funcional, descuidado, insuficiente. Lo peor del camino



Portomarín

Albergue municipal: lamentablemente, más de lo mismo. El albergue es relativamente nuevo y está en buen estado, pero las habitaciones están hiperpobladas y las literas están pegadas unas con otras de a dos por lo que si vas sola, te puede tocar compartir cama con un desconocido. Hay un solo baño en la planta superior y un par más en la planta baja. Las duchas no tienen puerta y la limpieza en general deja mucho que desear.
La cocina es magnífica, con unas mesadas para preparar festines y armarios para guardar el menaje de un batallón, pero lamentablemente y como ya se está haciendo costumbre en los albergues de Galicia, están vacíos  y por lo tanto, son inútiles. Tampoco tiene máquinas de café o refrescos.
Apagan las luces a las 10 de la noche y se van sin cerrar por lo que la gente entra y sale a su antojo provocando ruidos e impidiendo el descanso de los que duermen. Tampoco respetan a los peregrinos tanto a pie como en bicicleta que llegan más tarde y se quedan sin plaza porque han admitido a gente que va con coches de apoyo.
Precio: 5 euros
Opinión: lo segundo peor del camino



Palas de Rei

Albergue de peregrinos: varias habitaciones con literas dispuestas de a cuatro con una distancia que da un poco de intimidad. Los baños son compartidos y están dentro de cada habitación con lo que puede tocarte ver a un caballero afeitarse mientras tú sales de la ducha (sin puertas) e intentas vestirte y sujetar la toalla al mismo tiempo. Hay lavadora, secadora y sala de estar con mesas y sillas, pero como ya viene siendo la tónica, no hay cocina.
Precio: 5 euros
Opinión: justito. Muy justito.


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