domingo, 1 de julio de 2012

Estamos en Santiago. Pero no estamos

Aún no me lo creo. Después de kilómetros de sudor y agujetas, ha llegado el momento de comprobar que toda esa preparación es un juego de niños al lado de lo que me espera.
Hoy me he levantado muy temprano y el día ha comenzado algo...accidentado. En el pueblo estamos de fiesta mayor y mi acompañante del camino es mi adolescente hijo pequeño que ayer no quiso perderse ni la playa con sus amigos, ni el correfoc, ni el posterior concierto y fin de fiesta. Total, que llegó una hora antes de la hora de levantarnos, asi que me costó un mundo levantarlo y ponerlo en marcha.
Las mochilas estaban listas, así que solo tenía que poner su cepillo de dientes y sus lentillas. Ah... y el cargador del IPod. Por supuesto, todo eso se quedó en casa.
En fin, que estamos en Santiago desde hace un par de horas y nos quedan otras dos para irnos a Ponferrada y hemos decidido pasarlas en un centro comercial cercano a la estación de autobuses porque no queremos ver nada de Santiago. Y no, no somos raritos. ( o si...)
Estamos en Santiago, pero no estamos. La escala obligada no nos impedirá llegar a Santiago y ver por primera vez la catedral como manda la tradición: peregrinando.

Estamos listos!!!


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