martes, 3 de julio de 2012

De Villafranca del bierzo a La Faba


Anoche me quedé dormida nada mas subir la crónica de la primera etapa, así que esta mañana me desperté poco antes de las cinco. Tenía sueño, pero estaba ansiosa por salir y probar mis fuerzas en la etapa mas dura de mi Camino. Dicen que hay primero un camino fisico, luego viene un camino mental mas tarde llega el camino espiritual o personal.
Hace menos de año y medio me rompi todo lo que se podía romper en un pie. No solo fue una fractura trimaleolar, sino que fue a lo grande y de la peor manera. Desde entonces, el caminar implica dolor y cansancio.Por otro lado, tengo fibromialgia, asi que el dolor y la rigidez articular son el pan de mi dia a dia.Porqué explico esto? es sencillo: sé lo que es el dolor y conozco mis limitaciones físicas.Esto puede ser un handicap o una ventaja. Yo decidi que seria una ventaja y que por eso mi camino físico no me representaría ningún problema.

La etapa de hoy era desde el principio en subida y mi camino mental estuvo enriquecido todo el tiempo por la contemplación de un paisaje realmente hermoso y siempre acompañado por el rumor del rio que bordeaba el camino.Y asi transcurrió la mañana, compartiendo trechos de camino con otros peregrinos y saludandonos todos con una enorme sonrisa y entre charlas, descansos y fotos llegamos a los 20 km casi sin darnos cuenta.
Nada mas volver a cruzar el rio Valcarce, el camino físico hizo su aparición con bombos y platillos y por la puerta grande. De pronto, nos salimos de la carretera comarcal y nos adentramos en una preciosa senda flanqueada por castaños centenarios que serîa digna de entrar en el libro Guines por su extrema belleza si alguien fuera capaz de saborearla en toda su plenitud. No por nada le llaman la etapa rompepiernas. El sendero extrenadamente duro te lleva al limite de tus fuerzas al punto que piensas si serás capaz de llegar.

Dos veces llegué al limite mientras subia y las dos veces pense: yo puedo con esto y con mas. Mi camino mental se fortalece a pasos agigantados y ya no me preocupa ni el dolor ni el agotamiento físico.
La primera parte de la etapa rompepiernas está superada. Estoy orgullosa de mi.







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